lunes, 13 de abril de 2015

Aquella esquina y su empedrado...


De improviso me visto
de antiguas lluvias provincianas
y camino por calles desiertas:
echo las manos al bolsillo
y sueño con beberme
 un vaso de vino rojo 
en la esquina
donde duermen los organilleros.

Ellos despiertan a sus fieles pianolas,
dan vueltas al mundo con una manivela
y nos vamos de música en la noche,
y al son de recuerdos
de una lejana juventud
nos bebemos de golpe
el vaso de vino rojo del tiempo pasado...