sábado, 2 de mayo de 2015

Abracadabra...

Hay veces que se me olvidan las palabras mágicas,
otras en que las palomas no encuentran el camino de vuelta,
los nudos de los pañuelos de colores no se deshacen
y lo que corto en pedacitos nunca vuelve a unirse;
pero algo debe de hacer bien este aprendiz de mago
cuando consigue sacar de la nada tu sonrisa...
(porque la magia también está en los ojos de quien mira)





En medio de la plaza, el mago sacó de su cofre una cornucopia,
tres ramas de abedul, cuatro alfombras voladoras,
siete velos de seda de Damasco y dijo tres palabras mágicas.
Con la primera, volaron alfombras y los bostezos,
con la segunda, los velos desaparecieron
 y oyó el ruido de paso de la gente yéndose.
Al pronunciar la tercera ocurrió el milagro:
 un espectador lo miró asombrado,
aguantando la respiración con los ojos brillantes...
y se esfumó delante de todos... abracadabra...