miércoles, 2 de septiembre de 2015

Allí...


Allí, donde eres pulso sin sosiego,
enjambre de impudor y de malicia,
donde sólo nos rige la novicia
providencia del juego;
donde todo se vuelve sangre y riego
de doméstica lluvia alimenticia
y en un beso sembramos la delicia
del jazmín y el espliego;
donde un río de lava se desquicia,
donde niegas y niego
otra sed que no lleve a la caricia,
allí somos los dos el hambre ciego
y el pan de la impudicia
de arder como dos lámparas de fuego.

Incluido en el libro Llevarás en la piel.