domingo, 13 de diciembre de 2015

Pago por adelantado...


Llevaba una vida ejemplar, pero al cumplir los cincuenta 
se presentó en la comisaría y dijo:

-“Señor comisario , arrésteme, por favor.
 Sin preguntas.”

Durante los treinta años siguientes permaneció en silencio absoluto,
 en una celda pequeñita pero bien ventilada.

La noche de su octogésimo cumpleaños se levantó
 y llamó al carcelero.

- “Ya puede dejarme ir. 
Gracias por todo.”

Al día siguiente robó cuatro bancos y un camión blindado.

Sabía que su corazón no aguantaría tantas emociones,
 pero murió contento.

Antonio Vélez siempre pagaba por adelantado.