miércoles, 27 de enero de 2016

Verde esmeralda... Apenas Penas.


Era la soledad como su sombra,
tirando de los pliegues de su falda,
agobio que la hiere por la espalda,
la diluvia y la escombra.
Mi voz, que no la busca ni la nombra,
con arpones de luna la aguirnalda,
tristeza de color verde esmeralda
que oculta la verdad bajo la alfombra.
Tan última de todos y tan quieta,
al borde del abismo de un planeta
donde nadie la asiste;
tan huérfana de luz que la deslumbre
en la cumbre 
más alta de estar triste. 

Del libro Oceanario.

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