domingo, 17 de enero de 2016

Voyeur... Apenas Penas.


La miraba a través de la ventana
con los ojos oscuros del deseo
(Julieta desvestida ante Romeo),
idílica y lejana.
Rehén de su mirada cotidiana,
jugaba a imaginar el serpenteo
del hilo de su piel como un trofeo
de fina porcelana.
Conocía con íntima certeza
su impar naturaleza
de arder, escenográfica y menuda.
Un día y otro día y el siguiente,
lo mismo que una estrella incandescente
que ajena al universo se desnuda. 

Del libro Oceanario.

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