La desnudé con cierta cobardía
(no siempre la pasión es temeraria)
y huérfana de abrigo y necesaria,
como una flor tardía,
se deshojó en mis manos, geografía
de espiga alimentaria,
carnal y hospitalaria
bajo la luz pacífica del día.
Y fuimos el amor de tantos modos,
en todos
los espacios concebidos.
Ardiente corazón, hoguera y lumbre
de roja certidumbre,
igual que dos metales encendidos.
(no siempre la pasión es temeraria)
y huérfana de abrigo y necesaria,
como una flor tardía,
se deshojó en mis manos, geografía
de espiga alimentaria,
carnal y hospitalaria
bajo la luz pacífica del día.
Y fuimos el amor de tantos modos,
en todos
los espacios concebidos.
Ardiente corazón, hoguera y lumbre
de roja certidumbre,
igual que dos metales encendidos.
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