No tengo que aclararles a ustedes, estimados lectores, que el famoso emblema o logotipo de la grandiosa marca de automóviles Ferrari es un caballo rampante negro sobre fondo amarillo.
Este diseño tiene su pequeña historia detrás, y a contarla me dispongo.
Todo comenzó en la Primera Guerra Mundial cuando un “as” de la aviación italiana,
el Conde Francesco Baracca, llevaba pintado en su avión el caballo rampante,
tal y como muestra la fotografía que ilustra esta entrada.
Después de un buen número de vuelos victoriosos,
el Conde Baracca fue abatido en junio de 1918.
Como los más aficionados a los coches sabrán,
esto ocurrió unos años antes de que Ferrari, la marca, fuera creada,
ya que esta comenzó a existir en 1929.
Enzo Ferrari creó “Scuderia Ferrari” para fabricar automóviles de competición.
Enzo Ferrari comenzó en 1919 a competir en carreras de coches como piloto y en 1923, corriendo para la marca Alfa Romeo, ganó una carrera en Ravenna.
Aquel día conoció al Conde Enrico Baracca, padre de nuestro malogrado piloto de la Primera Guerra Mundial.
Pero, un momento… que lo cuente el propio Enzo:
<
Le traerá buena suerte”. Conservo todavía la fotografía de Baracca, con la dedicatoria de sus padres, en la que me entregan el emblema.
El Cavallino era negro y así quedó, yo agregué el fondo amarillo canario, que es el color de Modena>>.
No niego que a Ferrari le haya traído suerte, pero no veo yo por qué la madre del fallecido piloto creía que llevar el caballo traía suerte.
A juzgar por lo de su hijo, claro.
(fuente www.ferrarif1)
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