viernes, 31 de julio de 2009

Los dientes de la tripulación de Colón descubren historias del Nuevo Mundo

El adagio de que los hombres muertos no cuentan historias siempre
ha sido desmentido por la arqueología.

Ahora, la ciencia está llevando
los interrogatorios de los muertos
a nuevas alturas.

En un estudio que promete nuevas perspectivas de esos primeros visitantes europeos al Nuevo Mundo, un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison está extrayendo detalles químicos, estudiando los dientes de los miembros de la tripulación de Cristobal Colón, en unos restos
de isla de La Española,
después de su segundo viaje a América entre 1493-94.

"Nos cuenta acerca de dónde venía la gente y lo que comían"

Price, profesor de antropología UW-Madison y jefe del equipo que realizó
el análisis del esmalte de los dientes a tres individuos, de un gran grupo
excavado hace casi 20 años en tumbas poco profundas, en La Isabela,
primera ciudad europea en América.

Price y su colega James Burton, en colaboración con investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán en Mexico, están tratando de profundizar en los detalles
de una colonia que duró menos de cinco años.

Los restos humanos estudiados fueron enterrados sin las formalidades de féretros
o mortajas, y fueron excavados en lo que una vez fue la iglesia de un cementerio
de la ciudad de Columbus.

De las lápidas y otros identificadores hace ya mucho tiempo que
no queda nada, dado que hace 500 años que los cadáveres fueron enterrados.

A pesar de su breve existencia, los historiadores
y arqueólogos creen que La Isabela fue un enclave importante, ya que tenía iglesia, edificios públicos,
así como aduana y almacenes,
viviendas y fortificaciones.

Fue también el único asentamiento conocido
de América donde vivió Colón.

Aunque la ciudad ha sido objeto de anteriores estudios arqueológicos, los trabajos de Price, Burton
y sus colegas Vera Tiesler y Andrea Cucina,
de la Universidad Autónoma de Yucatán,
revelan una nueva percepción de la gente
que vivió y navegó con Colón,
y que murió en las orillas de un extraño
mundo nuevo y exótico.

Los anales de La Isabela, nombrada después la reina de España
y patrona de Columbus, ubicada en lo que hoy día es la República Dominicana, sugieren que su población compuesta sólo de hombres,
a partir de una flota de 17 buques que formaban parte
de la segunda visita de Colón al Nuevo Mundo.

Pero un primer análisis de los restos de 20 personas, hace dos décadas,
excavados por arqueólogos italianos y dominicanos mostraba
una imagen diferente, revelando que entre los españoles de La Isabela
vivían nativos taínos, mujeres y niños y, posiblemente,
personas de origen africano.

De confirmarse esto, pondría a los africanos en el Nuevo Mundo,
como contemporáneos de Colón,
y décadas antes de lo que se cree
que llegaron como esclavos.

El estudio realizado por los investigadores de Wisconsin
se basó en el análisis isotópico de tres elementos: carbono, oxígeno y estroncio.

Los isótopos de carbono aportan pruebas fiables de la dieta de un adulto
desde que le surgieron los dientes en su infancia.

Por ejemplo, las personas que comen maíz, a diferencia de aquellos que consumen
el trigo o el arroz, tienen diferentes perfiles de proporción isotópica
de carbono encerrado en su esmalte dental.

"Un perfil duro de carbono significa que estaban comiendo pastos tropicales de maíz, que se encuentra sólo en el Nuevo Mundo, o de mijo en África,
que no se consumía en Europa"
en aquella época.

Los isótopos de oxígeno proporcionan información
sobre el consumo de agua y también puede decir algo acerca de la geografía, como la composición isotópica
de los cambios de agua en relación con la latitud
y la proximidad al mar. El estroncio es un elemento químico encontrado en las rocas y que entra
en el cuerpo a través de la cadena alimentaria,
como base de los nutrientes que pasan del suelo
al agua y por último, a las plantas y animales.

Los isótopos de estroncio hallados en el esmalte
de los dientes (el material más estable y duradero del cuerpo humano),
constituye una firma indeleble de dónde vivió alguien desde niño.

Tres de los individuos, cuyos dientes fueron sometidos al análisis isotópico
por el grupo de Wisconsin, fueron hombres menores de 40 años y que tenían perfiles
de isótopos de carbono muy diferentes del resto, sugiriendo un origen
en el Viejo Mundo.

"Podría apostar a que estas personas eran de África"

Se sabe que Colón llevaba un esclavo africano en sus viajes de descubrimiento.
El nuevo análisis significaría que los africanos desempeñaron un papel
mucho mayor en las primeras exploraciones documentadas de América.

Los análisis de isótopos de estroncio, aún no han concluido,
así como las muestras de los dientes de los presuntos tripulantes siguen
sin corresponderse con los perfiles de estroncio de suelo español.

Por tanto, estos descubrimientos abrirían una ventana intrigante
sobre las identidades de esos individuos enterrados en La Isabela.

"Todos estos marineros, su lugar de nacimiento y su edad, se registraron
en Sevilla antes de que partiera el segundo viaje

"Uno de las cosas que esperamos, con el estroncio,
es identificar a esos individuos."

Los esqueletos también presentan evidencias de escorbuto,
una enfermedad común entre los marineros del siglo XV,
que carecían de vitamina C en sus largos viajes,
así como signos de desnutrición y de estrés físico.

Las crónicas de la travesía señalan que la mayoría de los europeos,
incluido el propio Colón, cayeron enfermos poco tiempo después de tocar
tierra en La Española,

que muchos murieron posteriormente,
al vez fueran los primeros en ser enterrados
en aquel cementerio de la La Isabela.

fuente:RedOrbit

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