Desde la adolescencia,
la mujer musulmana es condenada a cadena perpetua,
sometida al hombre, a su familia, con libertad condicionada
a lo que la sociedad impone como norma estricta.
Saltarse esa norma, supone pasar de la cadena perpetua a la pena de muerte.
El Islam es ante todo una Religión comunitaria
en la que el aspecto legislativo
tiene una importancia capital, sin perdón para el infractor.
En los países islámicos, todas las mujeres, musulmanas o no,
están recluídas en sus vestiduras que ocultan sus formas femeninas,
y apenas dejan ver unos centímetros de piel.
La vergüenza de ser mujeres;
objetos de deseo y de pecado.
Su dignidad, no tanto como mujer sino como madre,
hermana o esposa,
depende de su grado de sumisión,
que es lo que significa "Islam", y su virtud y piedad dependerá
de su aspecto externo.
En Occidente, tan comprensivos y pusilánimes con otras culturas sin esperar reciprocidad, cada vez nos encontramos que las comunidades islámicas
"exigen" respeto, esgrimiendo unos supuestos derechos y libertades...
El velo islámico es una cadena secular
atado al cuello de la mujer, depositaria del honor del marido y de la familia.
Las comunidades musulmanes exigen que la sociedad se adapte
a sus circunstancias, y el diálogo consiste en doblegarse
a sus modos y costumbres.
Es una verdadera imposición a la sociedad.
De hecho, el uso del velo islámico es objeto de polémica por ese motivo,
que no pasa con ninguna otra prenda, porque el velo islámico es un arma arrojadiza, una reivindicación que perjudica la pacífica convivencia
y condena a las mujeres musulmanas a asumir de por vida,
un papel secundario en la sociedad, sometida al hombre y a su familia.
En no pocas ocasiones esa renuncia puede ser voluntaria e incluso alegre,
pero qué pasa con el resto... los millones de mujeres que no pueden elegir
Lo justo sería que cada cual vistiera como le da la gana,
pero la realidad es otra, y no se puede olvidar.
En la Casa Islámica,
instrumento en lengua española del proselitismo musulmán,
hace odiosas comparaciones; de una parte con la mujer occidental,
que poco falta para llamarlas rameras, y las monjas,
como ejemplo de pureza y entrega.
Se les olvida que en ambos casos son decisiones tomadas
por personas libres.
En el caso de la mujer musulmana, cubrirse la cabeza significa
pérdida de libertad, al pasar a ser posesión del marido.
La mujer dócil y humilde, sometida a la voluntad
y autoridad de su señor marido.
Por una parte, el fomento "amable" del velo islámico,
como un ejercicio de libertad de la mujer, incluso como objeto muy "fashion" como si fuera un complemento de "fondo-de-armario"
como un gorro de lana, o algo así, pero no es así;
el velo no tiene ese significado glamouroso,
sino la renuncia, voluntaria o no, a la dignidad como mujer.
La existencia del velo islámico, en realidad es un atentado contra los derechos humanos de las mujeres, y aunque haya formas menos severas de llevarlo, incluso con gusto, representa un tipo de esclavitud incompatible con los valores irrenunciables de igualdad en dignidad entre hombres y mujeres.
by.rostamazadi
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