Dicen que cuando entraron en Hiroshima después de la detonación,
hubo gente que no se la encontró jamás.
Sin embargo, algunas sombras quedaron impresas en los edificios.
E incluso se dice que aún se puede ver en sus paredes.
Pero es un alivio el saber que tenemos una huella.
Que cuando desaparezcamos,
sepamos que puede haber una pequeña muesca
de nuestra existencia por estos mundos.
Igual hasta nos llevamos sorpresas al ver si hay gente que permanece a nuestro lado o no.
Yo me imagino mi sombra en un espacio lleno de silencios.
Supongo que se dejará ver,
pero será de esas sombras que si no te fijas bien, te la pierdes.
Y tampoco será un drama que no la veas,
mi sombra no tiene grandes cosas que ofrecer,
pero espero que las personas que se hayan dado cuenta,
lleven la sonrisa puesta en la boca para el resto de su existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario