Hay momentos en que simplemente
quiero dejar de pensar...
En lo que pasó y en lo que no pasó...
En quién me llamó cuando lo necesité
y en quién ni siquiera se acordó de mí...
En el trabajo que pude terminar
y en el que aún no pude empezar...
En lo que hubiera querido decir y callé
y en lo que debí haber callado y no pude...
En las cosas que decidí emprender
y en las fuerzas que no pude encontrar para comenzar...
Quisiera que al menos por una vez,
mi cabeza dejara que la vida fluya sin sobresaltos,
sin cuestionamientos, sin miedos, sin inquietudes,
sin preguntas buscando respuestas ...
Me lo propongo una y otra vez,
y cuando ya casi creo que lo logro,
irremediablemente siempre,
algo me perturba
y me envuelve en ese torbellino de adrenalina...
No hay comentarios:
Publicar un comentario