La expansión cósmica del universo se está acelerando;
la causa es una fuerza “desconocida” llamada energía oscura.
Descubierta gracias al uso de supernovas Ia como candelas para medir distancias cósmicas y verificada gracias al análisis de la radiación de fondo cósmico de microondas por el satélite WMAP, se ha ratificado gracias al test de Alcock-Paczynski (1979), un método geométrico que permite determinar la abundancia de la energía oscura y su ecuación de estado.
Esta técnica estudia las distorsiones geométricas entre el movimiento observado en cuerpos lejanos y el movimiento estimado a partir del corrimiento Doppler de la luz observada.
Marinoni y Buzzi han ratificado la existencia de la energía oscura gracias
al estudio de 509 sistemas binarios galácticos y han determinado
sus parámetros con un 68’3% de confianza estadística, en concreto,
la ecuación de estado cumple que -0’85 < w < -1’12
(según WMAP-7 es w = -1’1 ± 0’14, al 68% C.L.)
y la cantidad de materia oscura que es 0’60 < ΩΛ < 0’80 (según WMAP-7
es ΩΛ= 0’725 ± 0’016, al 68% C.L.).
Un nuevo resultado tan preciso como los obtenidos gracias a las supernovas Ia. Un gran resultado técnico publicado en Christian Marinoni, Adeline Buzzi, “A geometric measure of dark energy with pairs of galaxies,” Nature 468: 539–541, 25 November 2010, que nos desglosa Eugenie Samuel Reich, “Dark energy on firmer footing. Geometric test supports the existence of a key thread in the fabric of the Universe,” News, Nature, Published online 24 November 2010.
Un sistema galáctico binario, formado por dos galaxias A y B en rotación mutua, con un corrimiento al rojo medio de z y una separación angular de θ, está orientado respecto a un observador terrestre con cierto ángulo.
Estudiando muchos sistemas binarios se puede construir el histograma de las posibles orientaciones.
Uno espera que esta distribución sea
una distribución con simetría esférica en la que todas las orientaciones son igualmente probables.
Pero en un universo dominado por la energía oscura se observará
una cierta asimetría en las orientaciones posibles, que tendrá una orientación preferente en la dirección del observador (ver la figura de abajo).
Dicha asimetría es la que han determinado Marinoni y Buzzi para galaxias muy distantes, a miles de millones de años luz de distancia, gracias al proyecto DEEP2.
Futuros estudios aplicando la misma técnica a los datos obtenidos
con el futuro Telescopio Espacial Euclídes de la ESA podrán mejorar
la precisión de este tipo de medidas hasta el punto de superar
la precisión obtenida con supernovas Ia, según Marinoni.
emulenews
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