El mundo se divide en dos grandes grupos humanos
y esta partición es hoy mi estado de ánimo.
Por un lado están aquellos que saben qué se oculta al otro lado
de esa puerta (en el contendor Ward 19) y,
por otro, los que lo desconocen.
A su vez, el primer grupo lo conforman al menos dos familias:
los que cerrarían este estado de ánimo inestable con una frase
del tipo “En ese contenedor Ward 19 hay un X describible como Y”,
y aquellos que no podrían traducir a palabras ni a signos ni a ideas
lo que saben que hay ( y lo saben en tanto lo han visto).
Muchos de estos muditos callan por soberbia de experto
o por no confundir a la audiencia .
Tengo la impresión – y también la esperanza –
de que existe al menos un millar de individuos que callan
porque alguien (o algo) les ha dicho que tener una idea
es tarea muy difícil y que narrar lo visto – ut pictura poiesis - ,
exige la lentitud del paso que se arrastra en el atardecer
agitando las sombras y los colores.
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