Insomnio, todavía puedo sentir el aire de la mañana de noche,
día tras día sólo dos palabras existen como estos dos labios
en el cuerpo: instantes y sentires.
¡Como quisiera detener la última metáfora del mundo!
Reírme de mi mismo provocándome una risa de verdad
como ese sueño cuchillo que se burla de todos los hombres.
Es la hora de mí y sólo he aprendido que la vida es movimiento
como el número invalido de los sonidos.
Jaula de luz parpadea.
Morir, amar, sentir y ustedes que consumen espacio
como una ventana, espejos vírgenes que me miran
confundidos, la única persona en el mundo inmortal en mi oído,
calla y ríe.
Dormir, segundo, despierta.
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