miércoles, 23 de febrero de 2011

Lluvia...


Cada cuerpo con su deseo
y el mar al frente.

Cada lecho con su naufragio
y los barcos al horizonte.
 

Estoy cantando la vieja canción
que no tiene palabras.

Cada cuerpo junto a otro cuerpo,
cada espejo temblando en la sombra
y las nubes errantes.

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