sábado, 19 de febrero de 2011

Una simple respuesta...


-Perdona, ¿estás bien?


Tengo miedo y tiemblo, el corazón me late a un ritmo intrépido…

 y hecho a correr en sentido contrario al habitual, pero no me muevo del sitio. 


El cielo ennegrecido llora, lo hace al igual que lo hago yo, y no me deja tener

 la certeza de si estoy llorando de verdad o son sus lágrimas las que se pasean

 por mi rostro. 


Quizás sean ambas, o quizás pueda ser que mis lágrimas recorran

 y calen todo mi cuerpo.

..
.
-¿Me escuchas?

Quisiera no pensar y dejarme evadir allí y que el tiempo pasara por mi lado

 sin que me diera cuenta que hace mella en mí, que sea capaz

 de pasar por delante sin recordarme que a partir de ahora me enfrento

 a lo desconocido, a lo agrio, a un nuevo desvío, que me enfrento a una nueva vida,.


Me encuentro sin fuerzas, consumido, malherido…

 creo que no sé seguir. 


Tengo una herida profunda que me dice que lo que hubo ya no está,

 no puedo caminar desangrándome, no puedo volverlo a intentar,

 creo que ya lo intenté muchas veces,  pero a veces la convicción del amor

 no es suficiente ¿no es cierto?



..
.¡Ay! llama a una ambulancia que no estás bien.

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