viernes, 25 de marzo de 2011

El camino del Arco Iris...



Cada vez nos resulta más familiar la idea de que somos seres energéticos.

Hace ya tiempo que los científicos afirmamos sin rubor de que la materia no es más nada que una sensación, y eso se debe a los estudios realizados 
en el campo de la física atómica.

Se ha dicho con claridad, que casi todo lo que hay en un átomo es vacío.

Que podríamos imaginarnos la estructura del átomo pensando en un campo
 de fútbol y un simple balón.

Colocando éste, en el centro del campo,
el balón equivaldría al núcleo del átomo,
y todo el espacio que comprende el estadio sería el vacío que existe dentro
 de cada uno de nuestros átomos, y ya sabemos que absolutamente todo, incluyéndonos a nosotros mismos, estamos compuestos por átomos.

Decimos que somos energía,
y que el movimiento de esa energía que somos,
es precisamente lo que nos hace percibir la sensación de solidez,
pero que es sólo eso, una sensación.

 Ahora si nos acercamos a la religión hinduista en general,
 o a una de sus vertientes más conocidas en Occidente:
EL YOGA, nos encontramos con una compleja teoría que tiene
 en su centro el estudio de las energías corporales.

Toda persona tiene un cuerpo energético o etérico por el que circulan infinidad de energías las cuales constituyen lo que ellos denominan: EL PRANA.

Los chakras vendrían a ser los centros corporales encargados de recibir, acumular, transformar y distribuir esa energía por todo nuestro cuerpo.

Un cuerpo energéticamente armonizado, es un cuerpo sano,
y que los desequilibrios energéticos de nuestro cuerpo,
 son la base para la aparición de las diferentes enfermedades.

Sin intención de convertir estos apuntes en un tratado acerca de los chakras
 y las energías, diré que se hablan de 7 grandes chakras en el cuerpo
etérico de una persona, los cuales, a su vez,
están complementados por cientos de chakras menores.

Y como esta teoría de los chakras y de la energía,
se le puede atribuir a todos los cuerpos, podríamos hablar entonces
de la existencia incluso, de 7 grandes chakras o centros de poder en el universo, de 7 grandes chakras o centros de poder en nuestro planeta, de 7 grandes chakras o centros de poder en cada uno de los continentes, de 7 grandes chakras o centros de poder en cada uno de los países, de 7 grandes chakras o centros de poder energético en nuestro cuerpo y así cierro el círculo, aún consciente de que estamos hablando de un ciclo infinito.


Los 7 chakras fundamentales de nuestro cuerpo son asociados a los 7 colores 
del espectro visible, desde el rojo hasta el violeta. 

Partiendo desde el ckakra de energía violeta (más espiritual)
 hasta el ckacra de energía roja (más material) serían los siguientes:


1-SAJASRARA CHAKRÁ: Es el chakra maestro que controla a los demás
 y de alguna manera, los contiene a todos. 
Se simboliza con una flor de loto de mil pétalos 
y se encuentra localizado fuera del cuerpo, encima de la cabeza.


2-AGÑÁ CHAKRÁ: Es el chakra del tiempo, la percepción y la luz. 
Simbolizado por una flor de loto de dos pétalos. 
De color índigo. Se le relaciona en occidente con la glándula pineal.


3-VISHUDDHA CHAKRÁ: Se relaciona con la comunicación y el crecimiento,
 siendo el crecimiento una forma de expresión. 
Se simboliza con una flor de loto de 16 pétalos. 
De color azul. 
Los occidentales lo relacionan con la tiroides, una glándula que se encuentra 
en la garganta y produce determinadas hormonas responsables del crecimiento
 y el desarrollo.


4-ANAJATA CHAKRÁ: Se relaciona con la emoción, la compasión, el amor,
 el equilibrio y el bienestar.
 Se simboliza con una flor de loto de doce pétalos y de color verde.


5-MANIPURA CHAKRÁ: Se relaciona con la digestión.
 Está simbolizado por una flor de loto de 10 pétalos de color amarillo.


6-SUADHISTHANA CHAKRÁ: Se relaciona con la sexualidad y la creatividad. Simbolizado por una flor de loto de 6 pétalos de color naranja.
 Se localiza en la zona sexual.


7-MULADHARÁ CHAKRÁ: (Sostén de la raíz) Se representa con una flor
 de loto de 4 pétalos de color rojo y se encuentra situado en la zona del pubis. 
Está relacionado con el instinto de conservación.


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