A veces lo más sorprendente es lo que ocurre cada día.
La transparencia del vacío, por ejemplo, que todo el mundo da por natural y lógica, puede que no lo sea tanto.
Sobre todo si consideramos las tremendas energías asociadas
al vacío cuántico.
A la menor distancia posible,10-35 metros, llamada longitud de Planck, se le asocia una masa del orden de 2x 10-5 gramos.
Si mantuviéramos la misma relación y asignáramos la masa correspondiente a un metro, nos encontraríamos con la friolera
de 1.2 x 1024 toneladas.
Pero las fluctuaciones cuánticas del vacío están acotadas
y dependen del inverso de la distancia: esa es la razón
de que observemos el vacío transparente y completamente vacío.

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