Hay duendes en todos los bosques.
Y en todas las mentes de los que aún se atreven a soñar.
Pululan inquietos, guardando en su sombrero tesoros
que de cuando en cuando dejan caer.
Estos tesoros son los que nos permiten gozar de la palabra escrita.
Aprovechemos estos regalos del mundo de la ficción,
envueltos en maravillosos momentos para nunca olvidar.
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