lunes, 6 de junio de 2011

Tic Tac de media noche



Me gusta el tic-tac en mitad de la noche. 
Atempera el ánimo y da vida a la oscuridad nocturna. 
O simplemente es en mi niñez el símbolo que me protegía de las pesadillas. 
Junto con el tic-tac me sentía segura. 
Nada había que temer: el sueño regresaría, tarde o temprano, para llevarme a un descanso tranquilo. 
Sin monstruos elementales ni bestias del mundo.

Las luces cambiaban, convirtiéndose en refugios para la mirada, donde los antagonistas de mis sueños no entraban en mi campo de visión.
 Y perdemos la conciencia entre el segundero del reloj.
Desconocía cuanto extrañaba ese sonido.

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