Ya hemos hablado en un par de oportunidades sobre impresionantes minas a cielo abierto (Mirnyy, una de las más profundas del mundo y la Diavik Diamond Mine, uno de los paisajes más raros del planeta Tierra).
No obstante, hoy es el turno de la mina Tajo Abierto Raúl Rojas,
la cual no es sólo una curiosidad más sino que se trata de un proyecto minero que está saltando a la fama por devorar activamente a la ciudad peruana de Cerro de Pasco.
Esta aseveración no es figurativa, sino que literalmente a medida que
se extienden las operaciones mineras, es decir la mina crece en tamaño, partes de la ciudad van siendo completamente devoradas por un gigantesco pozo alimentado por codicia desmedida y falta de escrúpulos.
Al 2011 más de un 50% de la ciudad ha sido destruida.
Si bien la extracción principal es el zinc, de la misma se extraen secundariamente otros tipos de costosos minerales como plata,
tungsteno y cobre.
Debido a ésto, y a pesar de las reiteradas quejas elevadas por varios grupos de interés público que intentan defender los derechos de los setenta mil habitantes de ésta ciudad, las autoridades han hecho muy poco, si no es que nada, por poner límite a las actividades nocivas de la mina.
Actividades entre las que no sólo se encuentra el destruir regularmente partes de la ciudad, sino que además la población local debe exponerse diariamente al intenso ruido de las explosiones que tienen lugar con el fin de ablandar el suelo a excavar, la falta de agua -el 80% del agua potable de
la región está destinado para la mina- y la contaminación general del aire
y las plantaciones locales.
La mina entre todas sus secciones posee una extensión de casi dos kilómetros (norte-sur) por un kilómetro y medio (este-oeste) y una profundidad
de 400 metros en su punto más profundo, y actualmente se están estudiando nuevas ampliaciones mucho más extensivas ya que estudios recientes
han demostrado la existencia de mineralización en profundidad.
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