―Vente Haziel― susurró Lucifer a su oído― Mi mansión es enorme. Puedes ir desnudo o con poca ropa, siempre hace calor. Mis colegas son divertidos, unos cachondos que saben pasárselo bien. Por no hablar de laschicas, son tan liberales que se esforzarán en hacer realidad todo lo que se te ocurra.
―Me gusta el frío― dijo Haziel con una mueca despectiva mientras acariciaba su flamante abrigo de angora.
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