Sólo son dos letras los que separan algunos de nuestros deseos
de la realidad.
El camino para alcanzar los sueños no siempre es fácil,
hay épocas en que es complicado y sinuoso, en ocasiones,
empinado, tanto que nos agotamos, nos cansamos y decimos:
¡imposible!
Es cuando nos entra la tentación de tirar la toalla y quedarnos al
borde del camino.
También hay sueños que parecen que nunca se convertirán
en realidad, pero no debemos dejar que ese motivo nos impida
dejar de luchar por ellos.
Solo si de verdad nos enfrentamos a los problemas que suponen
acercarse a ellos, podremos encontrar, en nuestras manos,
esa goma de borrar mágica que quitando esas dos simples letras IM,
convierta en POSIBLE aquello que deseamos e intuimos que nos
dará...
al menos, unos gramos de felicidad.

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