viernes, 18 de noviembre de 2011

Luz... próxima glaciación...


Una glaciación, o edad de hielo, es un periodo de larga duración en el cual baja la temperatura global del clima de la Tierra, dando como resultado una expansión del hielo continental de los casquetes polares 
y los glaciares.
De acuerdo a la definición dada por la Glaciología, el término glaciación se refiere a un periodo con casquetes glaciares tanto en el hemisferio norte como en el sur; según esta definición, aún nos encontramos en una glaciación porque todavía hay casquetes polares en Groenlandia y la Antártida.

Más coloquialmente, cuando se habla de los últimos millones de años, se utiliza «glaciación» para referirse a periodos más fríos con extensos casquetes glaciares en Norteamérica y Eurasia: según esta definición, la glaciación más reciente acabó hace 10.000 años. 
Este artículo usará el término glaciación en el primer sentido, el glaciológico; el término glaciales por los periodos más fríos de las glaciaciones; e interglaciares para los periodos más cálidos.

Causas de las glaciaciones
Toda teoría científica que pretenda explicar las causas de las glaciaciones debe encarar dos cuestiones fundamentales.
¿Qué causa el comienzo de las condiciones glaciares?
y
¿qué causó la alternancia de etapas glaciales e interglaciares que han sido documentadas para el Pleistoceno?
Las causas de las edades glaciales todavía son un tema controvertido.
 Hay consenso en que varios factores son importantes: la composición de la atmósfera; los cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol (llamados ciclos de Milankovitch; y posiblemente la órbita del Sol alrededor del centro de la galaxia); la dinámica de las placas tectónicas y su efecto sobre la situación relativa y la cantidad de corteza oceánica y terrestre a la superficie de la Tierra; variaciones en la actividad solar; la dinámica orbital del sistema Tierra-Luna; y el impacto de meteoritos de grandes dimensiones o las erupciones volcánicas.

Algunos de estos factores tienen una relación de causa-efecto.
 Por ejemplo, los cambios en la composición de la atmósfera de la Tierra (especialmente la concentración de gases de efecto invernadero) pueden alterar
 el clima, mientras que el cambio climático puede cambiar la composición de la atmósfera.
William Ruddiman, Maureen Raymo y otras han sugerido que las mesetas del Tíbet y Colorado son inmensos sumideros de CO2, con una capacidad de eliminar suficiente dióxido de carbono de la atmósfera como por ser un factor significativo de la tendencia de enfriamiento de los últimos cuarenta millones de años.
También argumentan que aproximadamente la mitad de su elevación (y el crecimiento de su capacidad de eliminar CO2) tuvo lugar a lo largo de los últimos diez millones de años.

Cambios en la atmósfera terrestre

El cambio más importante es en la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
 Hay indicios que el nivel de gases de efecto invernadero de los casquetes glaciares, pero es difícil establecer relaciones de causalidad.
El nivel de gases de efecto invernadero también podría haber sido alterado por otros factores propuestos como causa de las edades glaciales, como por ejemplo el movimiento de los continentes o el vulcanismo.
La teoría de la "Tierra Bola de Nieve" afirma que la severa glaciación de finales del Proterozoico10 llegó a su fin a causa de un aumento del nivel de CO2 de la atmósfera, y algunos de los que apoyan a la teoría argumentan que la Tierra Bola de Nieve fue causada por una reducción del CO2 en ella.
Esta hipótesis prevé la repetición de este evento.

Habrá otras glaciaciones.

Por supuesto que sí podrá haber otra glaciación.
 De hecho, efectuando estudios geológicos y paleoclimáticos, esto es, estudiando las rocas de zonas que hacen cientos de miles de años estuvieron bajo los hielos,
y estudiando la composición de las capas de hielo acumuladas hace también decenas o miles de años que aún hoy perduran en los glaciares, en Groenlandia o en la Antártida, se puede conocer mucho acerca de las fluctuaciones climáticas del pasado en nuestro planeta.

Se sabe que los hielos se extendieron a amplias zonas de la tierra, descendiendo a la vez el nivel de los mares (lógicamente) en períodos que mostraban unas ciertas oscilaciones cíclicas.
Hace medio millón de años fue un período en donde el hielo cubrió la mayor parte de Canadá, el norte de Europa y el norte de Asia.
Este período estuvo separado por otros en los cuales la capa de hielo estuvo confinada a las altas latitudes, tal como la tenemos hoy en día. 

Actualmente, las teorías que explican las glaciaciones se basan en los ciclos de Milankovitch, que son variaciones cíclicas y graduales (vamos, que no ocurren de la noche a la mañana, sino que son procesos que van ocurriendo poco a poco durante miles de años) en tres factores astronómicos que determinan la intensidad de la radiación solar que llega a la Tierra:

- Excentricidad de la órbita terrestre alrededor del sol.

La órbita terrestre no es circular, sino elíptica, y eso hace que en unas partes de ella el planeta esté un poco más cerca o un poco más lejos del Sol que en otras, con lo que llegará mayor o menor intensidad de radiación, respectivamente.
Si la órbita es más elíptica, la excentricidad es mayor, y los cambios en ésta influyen en la variación de la distancia que separa la Tierra del Sol.
 Esos cambios se dan cada 100000 años aproximadamente.

- Cambios en la oblicuidad, esto es, en el ángulo del eje de la Tierra estando en órbita alrededor del Sol, ya que dicho eje nunca es perpendicular al plano orbital.
De hecho, en la actualidad la inclinación de dicho eje respecto a ese plano es de unos 23º (es lo que permite que existan las estaciones, ya que por la inclinación del eje terrestre los rayos solares no inciden por igual, con el mismo ángulo,
en el hemisferio norte que en el sur, y la situación se invierte cada 6 meses).
Los cambios de oblicuidad tienen su máximo efecto en los polos, y suceden cada 41000 años, aproximadamente.

- Precesión de los equinoccios, que es el cambio de dirección (no de ángulo, no confundas este efecto con el de la oblicuidad) del eje de rotación de la tierra, también conocido como el eje “spin”.
Esta variación se produce aproximadamente cada 21000 años.

Dado que estos tres fenómenos determinan la intensidad de la radiación solar que incide sobre la Tierra, es evidente que han de tener efecto sobre el clima.
Cuando a causa de uno o varios de ellos a la vez la Tierra recibe menos luz solar, tienen lugar las glaciaciones, y serán más o menos intensas según ocurran uno, dos o los tres a la vez, aunque esto último es bastante más improbable.
Pero estos procesos no suceden de la noche a la mañana, van ocurriendo gradualmente durante miles de años, para, tras llegar a un máximo, volver al punto inicial en otros miles de años.

 Lo que se propone en esa película podría ocurrir, pero no en tan corto espacio de tiempo, sino en cientos o miles de años, con lo cual el ser humano tendría tiempo para ir adaptándose a los cambios.

La última glaciación finalizó hace unos 10000 años, y las condiciones más suaves seguramente favorecieron que el hombre desarrollase la agricultura y la ganadería y se hiciera sedentario.
Estamos ahora en un período interglaciar, y los científicos creen que no queda mucho para que comience una nueva glaciación, pero dado que es un proceso lento y gradual, y que el calentamiento global por el efecto invernadero (en parte natural y en otra gran parte debido a la actividad humana, aunque es complicado saber cuál de las dos es la más importante) es más rápido que el enfriamiento glacial, no podemos saber si ha comenzado ya, y el citado efecto invernadero, además, probablemente la suavizará respecto a las ocurridas en el pasado.

Hay otros factores que podrían influir aparte de los anteriores.
La actividad del Sol no es tampoco constante, pero aún no se ha estudiado suficientemente como para saber si existe o no una cierta periodicidad en la misma.
Si ésta se reduce temporalmente por las causas que sean, también habrá un enfriamiento progresivo en la Tierra.
 De hecho, esta es la causa que se cree que produjo la "pequeña Edad Glacial", un período inusualmente frío en Europa entre los siglos XIV y XVIII.

Podría también caer un meteorito que levantase enormes cantidades de polvo a la atmósfera, o darse una época de mucha actividad volcánica que arrojase a la misma tanta ceniza como para impedir que llegase la suficiente energía solar a la Tierra durante unos cuantos años, lo cual también provocaría un enfriamiento.
Pero ni en éste ni en el caso de las fluctuaciones solares creo que tampoco los cambios fueran tan repentinos como en la película.
En parte, porque el agua de los océanos tarda más que la tierra en calentarse o enfriarse, y por ello probablemente contribuiría a mantener la temperatura suavizada durante bastante tiempo.
Y, por otro lado, porque el efecto invernadero que ya mencioné antes también contribuiría seguramente a frenar ese enfriamiento.

¿El calentamiento global está acelerando las glaciaciones?


Un descenso acusado de la actividad solar, previsto para mediados de siglo, podría suponer el enfriamiento global de la Tierra.
Frente a las teorías del cambio climático, el principal observatorio astronómico ruso habla ya de una glaciación mundial.

El supuesto consenso científico sobre el temible calentamiento global que asolará la Tierra durante el presente siglo parece estar acusando un descenso gradual de temperaturas en el ámbito de su teoría climática.
El Observatorio Astronómico Púlkovo, el más importante de Rusia, acaba de reiterar que la amenaza que se cierne sobre el planeta no proviene, precisamente, del ascenso de la temperatura global de entre 1,8 y 4 grados centígrados para finales de siglo, sino del inicio de una nueva glaciación mundial.

“A mediados del presente siglo XXI, en la Tierra comenzará un nuevo período glacial porque la energía proveniente del Sol, que comenzó a disminuir a partir de los años 90, alcanzará su punto de descenso máximo hacia el año 2041”,
Durante cierto tiempo, la inercia térmica en los océanos atenuarán el enfriamiento del planeta, pero a partir de los años 2055-2060, el clima terrestre podría parecerse a una pequeña edad de hielo.

“Será el retorno a tiempos prehistóricos de los períodos glaciales, el último de ellos hace 80.000 años, en la era Cuaternaria o Pleistoceno”, según afirmó el científico a la agencia rusa de información RIA Novosti.
Durante esa glaciación en Europa, el hielo cubrió la mayor parte de la isla de Gran Bretaña, el norte de Alemania y Polonia, y en Norteamérica, sepultó el territorio de Canadá y la zona de los grandes lagos estadounidenses.
Pese a ello, la amenaza de un descenso drástico de temperaturas no tendrá las graves consecuencias de entonces.

A juicio de Abdusamátov, la próxima glaciación que ocurrirá en la Tierra se prolongará entre 45 y 65 años, frente a las anteriores, cuya duración se prolongó varios miles de años.
 Este científico viene denunciando desde hace algunos años el error de las previsiones climatólógicas avanzadas por los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC). 
Esta misma teoría fue ratificada hace apenas un mes por otro centro de investigación espacial independiente norteamericano?
en base al proceso de hibernación solar anunciado por la propia NASA en 2010: la actividad solar se está desacelerando, y ello provocará una bajada de la temperatura media a nivel planetario.

“Las observaciones de la actividad solar en los últimos años confirman la validez de la teoría de los ciclos de actividad solar como factor de influencia predominante en el clima global de la Tierra”, indicó Abdusamátov.
 De hecho, “en 2010 la temperatura global de la Tierra no solo dejará de aumentar sino que incluso puede comenzar a descender, debido a la baja intensidad de la iluminación del Sol, que será la más baja registrada en 30 años de mediciones hechas desde el cosmos”

“Esto demuestra que entre 1998 y 2005 la Tierra superó el denominado valor máximo de calentamiento global”.

Durante ese mismo período, “la concentración de gas carbónico en la atmósfera aumentó más de un 4 %, y el calentamiento global prácticamente dejó de crecer”.
Por ello, el planeta “se enfriará incluso si aumenta a niveles récord la concentración de gas carbónico”
Uno de los parámetros que los gobiernos propusieron a raíz del calentamiento global está asentado en el Protocolo de Kyoto, un acuerdo internacional que tiene por objeto reducir las emisiones de seis gases: dióxido de carbono, gas metano y óxido nitroso, además de tres gases industriales fluorados, como son los hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, en un porcentaje aproximado de 5 por ciento dentro de un periodo desde el año 2008 a 2012, en comparación con las emisiones que se registraron en 1990.

Sin embargo, las consecuencias de las bajas emisiones de estos gases
 no se notarán de manera inmediata en el calentamiento de la Tierra, debido, además, a que nuestro planeta se encuentra en una "prolongada estabilidad climática", pues hace poco más de ocho mil años que no se presenta una glaciación.

Las acciones que llevemos a cabo en estos años no verán frutos sino hasta dentro de muchos años, que para los tiempos de la Tierra "será un lapso muy corto",.

Una nueva glaciación en la Tierra significará modificaciones en los ambientes de prácticamente todo el planeta, y los más afectados serán los marítimos, cuya temperatura aumentará considerablemente, lo que dificultará la reproducción de muchas especies.

La existencia del hombre no está en riesgo, sin embargo,
"sí verá disminuido su número en el planeta, además las zonas donde actualmente habita serán cubiertas por las aguas producto del deshielo de los casquetes polares".

Este escenario que no veremos dentro de los próximos cien años, será decisivo para la sobrevivencia del ser humano, a menos que se desarrollen acciones que busquen retrasar los efectos de una próxima glaciación.


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