Hay un dicho popular “ Qué vas a hacer Ñato, cuando estás abajo todos
te fajan” pero la historia de Jacmél desdice esta aseveración.
fue condenado a prisión de manera injusta, el culpable del delito había sido
el hijo del patrón.
Desde su cárcel bajo tierra, se lamentaba en creóle de su amargo destino, añoraba su vida libre, sus días de pesca a la sombra de los bosques tropicales, sus noches de amor cuando la luna indiscreta se metía entre los follajes de la selva y el estupor de la oscuridad.
Pero una tarde de Mayo de 1902 la tierra tembló, en la superficie un viento violento precedió a la invasión de la nube ardiente;
el Mont Peleé había erupcionado.
En pocos minutos esta nube mató casi a los treinta mil habitantes
de Saint Pierre, esta nube portadora de venenos, creadora de rocas y mortal para la humanidad, arrasó con los pecadores, los inocentes, los bellos,
los feos, los pobres, los ricos, los niños, los viejos.
Jacmél y sus compañeros de prisión sobrevivieron por estar
abajo de la catástrofe.
Ahí también se cumplieron las reglas del Caos.
La fuerza de la naturaleza no tiene principios humanos.
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