Con arte de quimera
encendiste el estruendo de los cielos
y en un giro danzante de miradas
te volviste
conjuro de hechicera
Rocé la intimidad de tu pollera.
Embrujada poción de besos sabios
que convierte la sal en ambrosía,
al filo de tus labios…
Abracadabra.
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