domingo, 18 de diciembre de 2011

Alíen...





Cuando en 1988 Dark Horse Comics se hizo con los derechos de publicación
de la franquicia cinematográfica de Alíen, comenzó a editar una sucesión 
de miniseries que ampliaban el universo imaginado por Dan O´Bannon, Ronald Sussett, H.R.Giger, Ridley Scott y James Cameron para la gran pantalla.

 Sin limitaciones presupuestarias y con las únicas restricciones 
de su imaginación, diferentes autores continuaron las aventuras 
de los personajes de la segunda película (Hicks, Newt) así como 
de la incombustible Ellen Ripley, aportando más información sobre la biología y el sistema social de los aliens. 

La primera miniserie que se publicó, por ejemplo, escrita por Mark Verheiden, contaba cómo una corporación se hacía con una reina alíen y empezaba a incubar huevos en un laboratorio de la Tierra. 

El resultado era una plaga planetaria de aliens que obligaba a la especie humana a un éxodo masivo hacia el espacio. Era un punto de partida prometedor.


Desgraciadamente, los productores cinematográficos no prestaron atención alguna a las interesantes propuestas que el cómic nos brindaba. 

Una película de la envergadura de las de Alíen suponía una inversión enorme de dinero y se prefería apostar sobre seguro (o sobre lo que los productores entendían como "seguro"), sin veleidades argumentales que no hubieran sido ya probadas con el público.

 Por otra parte, los efectos especiales no permitían plantear escenarios futuristas a gran escala, con los aliens invadiendo las calles de las grandes metrópolis, por ejemplo. 

Así que se siguió haciendo la misma historia una y otra vez.







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