martes, 27 de diciembre de 2011

Ayer apareció Mody Dick varada en la playa de San Pedro.


Ayer apareció Mody Dick varada en la playa de San Pedro.

 La gran ballena blanca (en realidad un cachalote de enormes dientes) 
aún respiraba cuando han llegado los bañistas. 

Le echaron agua con los pequeños cubos de los niños y destellos de luz iluminaron su inmenso lomo. 

Naturalmente, ellos no sabían que estaban salvando de la muerte a una criatura legendaria, pero los titulares de todo el mundo hacían referencia al acontecimiento: 

“Una gran ballena blanca como la que trajo de cabeza al capitán Ahab vara en San Pedro”, “Un gran cetáceo de piel clara igual que el descrito en Moby Dick llega a la costa San Pedrina”, “Un cachalote similar al protagonista de la mítica novela de Herman Melville encalla en San Pedro”.

 En la foto de los periódicos aparecía el monstruo con el arpón que yo le clavé en la aleta y la cicatriz que le hizo el capitán en la cabeza. 

Melville nos pagó bien por nuestra historia, por nuestro silencio.

 El escritor ha debido suspirar aliviado cuando la grúa del ayuntamiento ha devuelto la ballena al Océano, llevándose las olas su gran secreto.

Creo que el sol de la mañana me pegó duro...

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