"Lo que hace importante a tu rosa es el tiempo que has perdido en ella"
Antoine de Saint-Exupéry
Entre otras cosas, he leído historias de guerra, traición y muerte; historias tristes y desoladoras; historias de reflexión y alegría; pero confieso ahora que sólo un libro me hace llorar:
El Principito.
Es un libro fabuloso y feliz que generalmente se obliga a leer a los niños de primaria y secundaria (7-16 años); lo cual es acaso un error: no puedes obligar a nadie a ser feliz.
Y es erróneo por otro motivo:
no es un libro para niños.
El Principito limpiando su planeta |
El autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, era piloto.
El 30 de diciembre de 1935 durante un vuelo, -que podríamos llamar deportivo, pues su intención era establecer un récord de navegación- sufrió un aterrizaje forzoso en medio del Sahara.
Con Antoine iba su copiloto; ambos ignoraban plenamente su ubicación.
Como vituallas contaban con algunas uvas, naranjas, y -evidente siendo franceses- una pequeña ración de vino; vituallas que demostraron ser insuficientes.
Al segundo día tenían alucinaciones; al tercer día estaban tan deshidratados que dejaron de sudar, preámbulo de la muerte.
Milagrosamente, el cuarto y esperadamente final día, un beduíno que pasaba los rescató.
Esta extrema experiencia marcó a Antoine, pero no le alejó de su gran pasión, que era el vuelo.
Antoine de Saint-Exupéry vestido de piloto |
Sin embargo, recordemos que se trataba de la época romántica de la aviación, los años entreguerras, la época de las hazañas y los pilotos de pruebas,
de John William Alcock y Arthur Whitten Brown, Charles Lindbergh, Amelia Earhart, Richard Byrd; donde era normal que los pilotos sufrieran constantes percances y aterrizajes forzosos. Antoine de Saint-Exupéry
no era la excepción, y su cuerpo era un catálogo de lesiones y fracturas.
Aún así, se enroló en la fuerza aérea francesa para defender
su patria de la invasión germana.
Amelia Earhart, primera mujer en cruzar en solitario el Atlántico |
Cuando la defensa y el gobierno francés caen, Antoine se refugia
en Nueva York. Pero regresa en 1943 para unirse a la resistencia francesa; aunque no lo querían admitir debido a su lamentable estado físico y su "avanzada" edad: 43 años; pienso en un quarterback del futbol americano,
a los 43 años está tan lastimado que su cuerpo tiene las lesiones y dolencias de un anciano de 70; tal era el lastimero estado de Antoine de Saint-Exupéry su vida de piloto de pruebas le pasó factura: le causaba dolor tan sólo subir
al avión.
Al final, es admitido, y lucha por Francia y los aliados.
Tuvo una última misión.
Después de ella, se perdió su avión y nunca más se supo de él.
Se encontró en su mesa de trabajo la siguiente nota:
Si me derriban no extrañaré nada.El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica.
Yo nací para jardinero.
Me despido, Antoine de Saint-Exupéry
Lockheed F5B, el avión en que se perdió Antoine de Saint-Exupéry |
Antoine de Saint-Exupéry escribió otros libros, pero El Principito es por mucho el que le dió fama universal.
Ha sido traducido a más de 180 idiomas
y dialectos, y es uno de los libros más conocidos a nivel mundial.
Su estilo y su historia son sencillos.
Esto, aunado a que es muy corto, -aproximadamente 90 páginas- le hacen el favorito de... los maestros para que lo lean los niños.
Repito: es un error.
El Principito es un libro para adultos.
Para el niño que hubo y que quizá hay en cada adulto.
Y es que El Principito habla de temas muy profundos e importantes, como el color del trigo y el brillo de las estrellas.
Te explica porqué es tan importante lo importante
-lo verdaderamente importante-, y porqué nunca se desperdicia
el tiempo en el amor, aunque al final
-y esto siempre sucede- se pierda.
El Principito y Antoine de Saint-Exupéry |
Muchos lo leen de niños, y probablemente, se les hace aburrido.
Lo más probable es que para un niño lo sea.
Al niño no le interesan la reflexión ni la metáfora, sino la fantasía y la trama.
Y la trama de El Principito es -porqué no decirlo- demasiado simple.
Pero precisamente su maravilla está en su sencillez;
los temas que parecen más complicados logra explicárnoslos al fin.
Es un libro que merece una segunda oportunidad: la mayoría lo ha leído, desgraciadamente a destiempo, y muchos lo han dejado por ahí,
pues le recuerdan como aburrido.
No es así en absoluto.
Reléalo. Dése ese gusto. Y se sorprenderá.
Usted ha cambiado, pero El Principito siempre estará ahí para conversar
con usted, así se encuentre en medio del desierto; y precisamente porque usted ha cambiado ahora quizá sí podrá ver el corderito dentro de la caja.
Inténtelo. Es un cordero muy bonito.
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