Me gusta mirar por la ventana, las palabras que vuelan con el viento.
Con frecuencia me regala su soplo.
A veces, me entrega las palabras con la fuerza de un árbol.
Otras con la fragilidad de un pétalo.
Y algunas con la herida de una espina.
No siempre comprendo el significado.
Entonces, para no olvidar que estoy vivo mientras llego
a posesionarme de mi hoja blanca,
Sonrío convencido de que eres una nueva palabra.
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