Los físicos llamamos al bosón de Higgs “la partícula de Dios porque es la pieza que les falta para comprender la estructura de la materia a nivel subatómico".
Este poco científico nombre se le atribuye a Leon Lederman, premio Nobel de física en 1988, a raíz del título de un libro de divulgación científica que escribió en 1993: "La partícula divina".
Al parecer, el autor se refería a esta partícula como "the goddamn particle":
la partícula maldita.
¿Por qué maldita?
Porque nadie la había visto debido a su esquivo carácter.
En la entrada sobre Peter Giggs en la wikipedia
e inglés se refieren al asunto en estos términos:
As an atheist, Higgs is reported to be displeased that the particle is nicknamed the "God particle". Higgs is afraid the term "might offend people who are religious". This nickname for the Higgs boson is usually attributed to Leon Lederman, but it is actually the result of Lederman's publisher's censoring. Originally Lederman intended to call it "the goddamn particle", because of its elusiveness.
En realidad el cambio de nombre de "The goddamn particle" a "partícula de Dios" se debe a un error en la traducción del libro original.
Sin embargo, más bien parece un acto de autocensura o de conveniencia editorial para no herir susceptibilidades religiosas:
el término goddamn suena blasfemo en inglés y por ello el cambio de título a otro más conveniente, desde el punto de vista de lo políticamente correcto en su más rancio sentido.
Estos problemas no habrían tenido sentido en español, idioma en el que no habría habido mayores problemas al denominar a la partícula como "maldita".
Realmente, una traducción más coloquial -que seguramente es el sentido que quería darle el autor- de "The goddamn particle" al castellano sería "jodida partícula" o "puta partícula"; pero estarán de acuerdo conmigo en que tampoco habría sido muy adecuado titular así un libro de divulgación científica.
Una vez más, la religión interfiriendo en la ciencia con resultados, como se puede ver en este caso, muy poco afortunados, aunque de gran repercusión mediática.
Y con seguridad, del agrado de los más integristas.
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