Incluso la ciencia necesita de una cierta cantidad de propaganda para sobrevivir, para que en estos tiempos de crisis nadie le deje sin presupuesto de investigación.
El anuncio de los científicos del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), de que podría haber descubierto la partícula de Higgs, que explicaría el origen de la masa, el instante que falta para conocer la secuencia completa del Big Bang y el mecanismo que rige el universo, ha conmocionado más a la calle que a la comunidad científica, que pide calma y esperar a la confirmación, al final del 2012.
A esa calle atrapada por la crisis y por una cierta dosis de melancolía le agrada saber que Dios se ha quedado sin el secreto del primer segundo.
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