Presencia de Phi en: las proporciones del cuerpo humano, la forma de las galaxias, agujeros negros, espirales de moluscos, ramificaciones de vegetales, disposición de las hojas, número de pétalos de flores, disposición de las pepitas de girasol, el descenso en espiral de las aves rapaces al cazar, proporción de machos y hembras en una colmena, formación de cristales, tarjetas de crédito, destornilladores…
El numero de oro o numero áureo fue un hallazgo de los griegos de la época clásica y su historia documentada comienza en uno de los libros más célebres, comentados y reimpresos de la historia: los Elementos de Geometría
de Euclides de Alejandría (No confundir con Euclides de Megara), escrito alrededor del 300 a.c, es el primer superventas de tema científico
de la humanidad y uno de los libros fundamentales de nuestra cultura.
Hay quien aventura que el conocimiento de la proporción aurea es muy anterior, aunque difícilmente se puede asegurar que obedeciera a una intención deliberada, poniendo como ejemplo las correspondencias con Phi
en el antiguo Egipto de la pirámide de Keops, el rostro de Nefertiti (1300 a.c), en la Puerta del Sol de Tihuanako (1500 a.c) y en ciertas estelas Babilonias
y Asirias de alrededor de 2000 a. C
Siempre se ha considerado que, de todas las construcciones de la Antigüedad, el ejemplo más representativo de uso clásico de la proporción áurea en la arquitectura ha sido el Partenón, pero una toma de medidas sobre el terreno arroja gran cantidad de inexactitudes, es el problema de la interpretación cuando los datos son lo convenientemente ambiguos.
Sin embargo, podemos certificar como usos conscientes las manifestaciones de la divina proporción en la Edad Media, porque a menudo están documentadas.
El pentágono regular o pentágono estrellado aparecen como recursos
de construcción durante todo este periodo.
Los espectaculares rosetones de las catedrales góticas
son un clásico ejemplo de ellos.
La composición de la fachada de la Universidad de Salamanca se encuentra presidida por un gran rectángulo áureo.
Los pintores renacentistas influidos por la divina proporción usaron
los rectángulos áureos para las proporciones a todos los niveles de detalle.
El símbolo pentalfa les sirvió para la distribución del espacio, rigiendo sobre todo la colocación de los personajes y con el mismo propósito la espiral áurea.
En 1876 Gustav Theodor Fechner, el inventor de la psicología física, se centró en encontrar correlaciones entre este misterioso número irracional y las proporciones que definen la belleza.
Se trataba tal y como propuso Fechner de encontrar una explicación al fenómeno estético para lo que hizo un estudio estadístico con personas sin experiencia artística a las que pidió que eligieran el rectángulo entre varios, incluyendo al cuadrado, que les atrajera más; obteniendo una destacada mayoría en la elección del rectángulo áureo.
"El arte y la arquitectura han hecho uso desde antiguo de muchas propiedades de la geometría y las matemáticas: basta con observar la refinada aplicación de las proporciones que llevan a cabo los arquitectos del antiguo Egipto, Grecia Roma o los artistas del Renacimiento, como Miguel Ángel, Da Vinci
o Rafael.
Pero lo que para mí resulta más sorprendente es que muchas de esas propiedades y desarrollos matemáticos también pueden hallarse
en la naturaleza.
Existen infinidad de casos, pero en esta animación he querido detenerme solo en tres de ellos:
La Serie y Espiral de Fibonacci /
La proporción y el Angulo Áureos /
las triangulaciones de Deluanay y Teselaciones de Voronoi.
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