sábado, 11 de febrero de 2012

en mi casa... mando YO.




“Descansa 5 minutos antes de su llegada para que te encuentre fresca y reluciente. Recuerda que ha tenido un día duro y solo ha tratado con compañeros de trabajo.

“Arregla la casa, debe lucir impecable. 
Haz una última ronda por el salón 
y pasa un paño para que no se encuentre con una mota de polvo.

“Hazlo sentir en el paraíso. 
Durante los meses de invierno, debes encender la calefacción con antelación 
a su llegada para que pueda ponerse cómodo mientras
 le sirves el vino que le gusta.

“Minimiza el ruido. 
Cuando lo sientas llegar, apaga la lavadora, baja el volumen de la televisión y ordena a los niños que estén callados. 
Piensa en el ruido que él ha tenido que soportar en su pesada
jornada de en la oficina.

“Procura que te vea feliz.
 Regálale una amplia sonrisa sin connotaciones inapropiadas. 
Eso le hará olvidar algún mal momento que seguro ha pasado en el trabajo.

“Escúchalo. 
Puede que tengas cosas que te gustaría contarle, 
pero deja que él hable antes. 
Recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos.

“Ponte en su lugar. 
No te quejes si llega tarde de vez en cuando
 o si suele salir con sus amigos sin ti. 
Su mundo está lleno de compromisos que tú no puedes entender.

“No te quejes por tus tonterías. 
No lo satures con problemas insignificantes, que seguro no alcanzan la importancia de los suyos.

“Hazlo sentir a sus anchas. 
Deja que se acomode en su sillón preferido y mantente solícita
 para lo que pueda necesitar. 
Si lo ves algo fatigado, habla con voz suave y placentera”.

jejejeje... muy bonito...
pero la realidad es...


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