Uno no sabe nunca a qué atenerse.
Si a la razón pura o al corazón bastardo.
Si hay que mirar la fotografía cartesianamente o, bien al contrario, observarla con los ojos del alma, que es una zona impresionable, acostumbrada
a que le dejen perpleja desde tiempos inmemoriales.
En la perplejidad el misterio encuentra su abono idóneo.
De lo que no entendemos no podemos hablar.
El que profesa la fe y la ejerce en su obrar diario razona que incluso las cosas espirituales deben airearse con este esplendor cromático.
Por eso la Iglesia, vieja y sabia, saca a la calle sus tesoros,
el rojo imponente, el negro severo, la ristra sumisa de lacayos escoltando
a quien encarte a la vista del gentío.
Al modo en que las grandes catedrales confunden al descreído
y lo amedrentan, ganan a su causa al iniciado y confirman la rendición
del creyente puro, la curia sabe de los instrumentos con los que sacar
las catedrales a las calles.
Pienso si quizá no fuese mejor dejar los temblores del espíritu en los adentros de cada uno.
Si Dios no entablará un diálogo más fluido si quien le habla lo hace desde
la intimidad desnuda de su corazón y n
Si Dios no tiene nada que ver con estas manifestaciones de sus feligreses.
Si Dios allá arriba con su Gran Ojo, en su tiniebla eterna, en su altura inmarcesible, mirará a otro lado igual que yo, aquí abajo con mi Pequeño Ojo, en mi tiniebla perecedera, en mi bajura marchita, miro también hacia otro lado.
Un poco perplejo y otro poco indiferente.
No sé si más perplejo o más indiferente.
Sin saber a qué atenerse.
Si a la razón o a su fantasma.
Si al hermoso territorio de la metáfora (que tiene un fondo de engaño y de prestidigitación verbal) o al rutinario (yo lo sé y bien que lo lamento a veces) territorio de la razón, de lo que sabemos y lo que nos está permitido hablar.
Si ellos salen y se enseñan, si muestran sus vestiduras
y pasean sus símbolos, yo salgo y me enseño, muestro mi pensar
y paseo los míos.
Habrá quien no sepa a qué atenerse.
Yo creo que en esas incertidumbres se disfruta todo mucho mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario