lunes, 5 de marzo de 2012

Fue en ese instante...


Y fue a esa edad...


Llegó su magia a buscarme. 
No sé, no sé de dónde salió, 
del cuento o de los soñado. 


No sé cómo ni cuándo, 
no, no eran voces,
no eran palabras,
ni silencio,
pero desde me llamaba, 
desde las figuras de la noche, 
allí estaba sin rostro 
y me tocaba. 


Yo no sabía qué decir,
mi boca no sabía nombrar, 
mis ojos eran errantes,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas, 
y me fui haciendo solo, 
descifrando aquello, 
y escribí mi primera idea vaga, 
vaga, sin cuerpo,
pura tontería, 
pura sabiduría 
del que no sabe nada, 
y vi de pronto el cielo
desgranado y abierto,
planetas.

Y yo, mínimo ser, 
ebrio del gran vacío constelado, 
a semejanza, a imagen del misterio, 
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
y mi Ser se inundó de ella... 

El Cosmos, el Vacío, el Infinito, su Esencia,
sus preguntas, sus respuestas, su misterio...
Su magia.

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