Y fue a esa edad...
Llegó su magia a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,
del cuento o de los soñado.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces,
no eran palabras,
ni silencio,
pero desde me llamaba,
desde las figuras de la noche,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.
Yo no sabía qué decir,
mi boca no sabía nombrar,
mis ojos eran errantes,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando aquello,
y escribí mi primera idea vaga,
vaga, sin cuerpo,
pura tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto el cielo
desgranado y abierto,
planetas.
Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío constelado,
a semejanza, a imagen del misterio,
me sentí parte pura del abismo,
rodé con las estrellas,
y mi Ser se inundó de ella...
El Cosmos, el Vacío, el Infinito, su Esencia,
sus preguntas, sus respuestas, su misterio...
Su magia.
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