Nacida en París en 1942, comienza a exponer a finales de los 70.
De pincelada definida y estilo realista, los cuadros de Francine Van Hove
se caracterizan por escenas intimistas, en las que a menudo el desnudo femenino es parte principal.
Vivencias cotidianas entre cafés , tés, o copas de vino , bien en soledad
o bien en compañía, a menudo la de un libro, la sensualidad natural
que desprende su obra no puede pasarnos desapercibida.