martes, 3 de abril de 2012

El nivel de energía depende de la vibración que tengamos...


El termino tan empleado hoy en día, vibración ya era conocido por las culturas antiguas y famosas como lo es la Egipcia y la de Grecia, 
de dónde se dio a conocer por medio del gran sabio y maestro
 ” HERMES TRIMEGISTRO ”, en sus enseñanzas del KYBALION sobre los
 7 principios de verdad del Universo, en el tercer principio de estos:
 el Principio de Vibración dice que:
 “Nada está inmóvil todo se mueve; todo vibra“;.
Este principio encierra la verdad y explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de las fuerzas, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el Todo, que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración.

¿Qué es la vibración?
La etimología de la palabra proviene del griego “energas” que significa “activo” es decir que la energía o vibración implica actividad o movimiento.


Desde el punto de vista oriental es admitido como un “principio”, desde 
la más remota antigüedad, denominándola además como “Prana”
 cuyas manifestaciones energéticas pasan a ser subproductos de
 ese esencial y omnipresente “Prana” que todo lo inter penetra.
Desde el punto de vista científico es el movimiento interno que tiene cada ser o cuerpo que ocurre por el movimiento del electrón alrededor del átomo. Todo cuerpo lo contiene, desde el corpúsculo y la célula, hasta el astro 
y los universos: todos está en vibración constante. 
La vibración de todo cuerpo puede ser captada y en especial la humana,
 la de las plantas, piedras y animales por el aura. 
El Aura es un campo electromagnético que rodea a cada ser, compuesto
 por numerosas líneas de fuerzas, crece y decrece, emite y recibe ondas de todo lo que existe. Su sustancia es de la naturaleza de la Luz, 
es decir a la vez corpuscular y ondulatoria. 
Su volumen es variable,
así como también lo es su color.


La vibración es un movimiento rápido de pequeña amplitud alrededor 
de una posición de equilibrio.
 La cantidad de vibraciones en un segundo es la frecuencia. y por tanto podemos entender la Frecuencia como un estado de vibración. 
Toda vibración es una pulsación de onda, que tiende a repetirse en ciclos, por ejemplo el - día (sol) y la noche -, que comúnmente llamamos un Día,
 es un ciclo y también es una frecuencia.
Los ciclos naturales son pulsaciones de ondas rítmicas que se manifiestan con una frecuencia regular, como por ejemplo, las Estaciones del Año,
 las Fases Lunares, las Pulsaciones del Corazón, la Menstruación Femenina, 
el Ciclo de Fertilidad Humana en nuestras mujeres, la gestación humana
 y si seguimos encontramos que nuestras vidas son una frecuencia
 en constante dinámica cíclica. 
Ahora, Si hay algo que debe caracterizar tu Nueva Conciencia,
 si hay algo que debe favorecer el que “te des cuenta” de que todo se trata de algo más de lo que nos dijeron los modelos educativos anteriores,
 si hay algo que te debe llevar al siguiente nivel es la verdad de que todo 
es cuestión de vibración. 
Todo, absolutamente todo, está vibrando”. Todo.
Ahora veamos que ventajas te da tener este conocimiento.
 Debes comprender (o aprender) que hasta un pensamiento es algo
 que está vibrando.
 Si todo pensamiento vibra, todo pensamiento emite una señal,
 y así cada pensamiento atrae una señal de regreso que encaja perfecto
 con la señal que emites.
 En otras palabras, tus pensamientos al vibrar emiten una frecuencia vibratoria que sintoniza con la misma frecuencia pero en el exterior, 
y esta es la forma en que “atraes” las cosas a tu vida.
La manera más sencilla de hacer que armonicen tus frecuencias vibratorias con las de tus deseos, es que “imagines” que ya lo tienes, que al imaginarlo “sientas” la maravilla de gozar aquello que deseabas, creer que ya lo tienes en tu experiencia de vida, dirigir tus pensamientos al disfrute como 
de ya tener aquello que deseas…, y con la práctica de esta poderosísima recomendación propia de una Nueva Conciencia, te mantendrás 
en la frecuencia vibratoria necesaria para que “permitas” así que aquello que deseas se manifieste en tu experiencia de vida.”
Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio vibraciones en sonidos 
y en colores. Todos los estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo 
que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien y en mal a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ellas.
Cuando hablamos de universos paralelos o incluso de otras dimensiones,
 no estamos hablando de fantasía o imaginación. 
Si uno realmente comprende el mundo de la energía y sus modos
 de aglutinarse o de transmitir información, pronto comprendemos que sólo se trata de un asunto de frecuencias y vibración. 
El hecho de que uno no pueda atravesar la mano por un vidrio o la superficie de la mesa o incluso otro cuerpo, se debe únicamente a que la vibración 
de los dos objetos (compuestos ambos por átomos en movimiento) 
pertenece a dos frecuencias diferentes.


Cuando se trascienden los cinco sentidos básicos, uno aprende a comunicarse mediante conceptos y aceptar el hecho de que algunos de ellos no pueden definirse con nuestras palabras.

 Es natural que los paradigmas actuales se modifiquen



 y entren en un proceso de caos antes de poder reorganizarse dentro
 de un nuevo nivel. 
 Actualmente estamos viviendo la lucha entre lo viejo y lo nuevo.
La Teoría de las Cuerdas es el concepto básico que subyace en la idea 
de universos paralelos. 
Nos dicen que cuando alguien logra entrar en contacto con un universo paralelo se debe a que de alguna manera ha logrado sintonizar con la frecuencia de vibración de ese otro universo y viceversa.
 Esto se comprende mucho mejor a través de un ejemplo muy sencillo.
Si en una habitación tengo dos guitarras y pulso una de las cuerdas de una de las guitarras, la misma cuerda en la otra guitarra al cabo de pocos segundos también comenzará a vibrar sin que nadie la haya pulsado. 
Este fenómeno se llama resonancia y en esto consiste la interacción o intercambio de información entre dos universos. 
Cuando hablamos de electromagnetismo hablamos de la energía detrás de todas las cosas. La única diferencia entre el magnetismo y de la luz visible es la frecuencia de movimiento de las ondas de energía. 
Al fin y al cabo los colores no son otra cosa que la interpretación que hace nuestro cerebro sobre diferentes frecuencias de movimiento de luz visible. 
Lo mismo sucede cuando hablamos de frío y calor.
 Una vez más estamos hablando de la interpretación de nuestro cerebro sobre diferentes frecuencias de movimiento molecular.
El Siglo XX reverenció y giró en torno a la famosa fórmula de Einstein: E=MC2 que equipara la energía a la velocidad de la luz.
Pero una siglo mas tarde estamos empezando a entender la energía en términos de frecuencia, tal como predijo Max Plack, padre de la física cuántica al formular: E=hv donde “h” es la constante de indeterminación
 y “v” es la frecuencia de la vibración.
En este sentido la física no hace otra cosa que confirmar la creencia de que, en última instancia, todo en el universo se compone de vibraciones
 a diferentes frecuencias.
 Si se cambia la frecuencia de una vibración, se cambia la naturaleza
 de la partícula definida por esa vibración, ya que se cambia su energía.
Las distintas experiencias humanas y las circunstancias en las cuales 
las vivenciamos nos van llevando hacia un aumento de vibración.
Algunos de los físicos más vanguardistas defienden la física cuántica
 y la engloban dentro del marco de la conciencia, al igual que se enfatiza
 en muchas técnicas espirituales. 
Y así cuando nuestro cuerpo recibe la cantidad adecuada de energía
 y en la vibración determinada, disfrutamos de una buena salud. 
Por el contrario, si ese nivel de energía y su vibración decaen,
nos enfermamos o incluso morimos. Está más que comprobado que nuestros pensamientos inciden sobre este nivel de energía y vibración y son capaces de acelerar o detener su frecuencia y es por esto que cuanto más nos acercamos a las vibraciones elevadas (amor) mejor nos sentimos 
y disponemos de una mayor cantidad de energía.
Cuando uno está “sincronizado” con la vibración del amor u otra,
 uno simplemente está alineando campos de energía que permite una transferencia máxima de información.
Es indiscutible que a medida que pasan los años, vamos experimentando
 una aceleración del tiempo.
 Muy posiblemente esto esté relacionado con la expansión del universo. Varios científicos y expertos en este tema, como Gregg Braden sostienen
 que el universo no sólo se está expandiendo sino también aumentando
 su velocidad. Bajo el principio anterior de sintonía, a medida que la vibración del universo aumenta también lo hace la conciencia humana.
La cuarta dimensión (el tiempo) es susceptible a la consciencia y percibida por ella. Hoy en día es muy claro sentir que uno hace más cosas en menos tiempo o, puesto en otras palabras, que el tiempo pasa mucho más rápido 
y el día es más corto aunque los relojes sigan contando 24 horas.
 Al estar tanto los relojes como nosotros dentro de la misma dimensión,
 no percibimos la diferencia. 
Esto quedó explicado en un experimento hipotético de Einstein en donde
dos personas con relojes sincronizados, una de ellas 
es enviado fuera al espacio durante un tiempo equis, al regresar habrá habido una diferencia en la hora de su relojes aunque para cada una de estas personas y en especial la que ha sido enviada al espacio, no haya habido 
una diferencia. Esto se debe a que tanto del observador como el reloj están dentro de la misma dimensión.
Estamos próximos a un gran salto evolutivo en términos de nuestra conciencia y por ende, de nuestra percepción del mundo y lo que representa para nosotros junto a nuestro potencial creativo. 
El exceso de información con la cual estamos siendo bombardeados día a día hace que un alto porcentaje de la población mundial quede atontada
 y no pueda hacer frente a lo que es realmente importante. 
El exceso de luz es como la oscuridad, no deja ver.
Mantener la energía vital alta debería ser entonces la prioridad de todo ser humano. Si realmente somos consecuentes en amarnos y apoyarnos
 a nosotros mismos, deberíamos convertirnos en los “guardianes de nuestra propia frecuencia energética”.
 Para esto es importante saber la forma de impedir que nuestro nivel 
de energía vital descienda, y cuáles técnicas podemos emplear para incrementar la energía, cuando nos encontremos “en la penumbra”, 
o “en la oscuridad”.