viernes, 4 de mayo de 2012

ALQUIMIA...

La alquimia se remonta a la antigüedad egipcia, 
donde era practicada por los sacerdotes. 
Es probable que esta palabra derive de la voz árabe Al-Kimiya, procedente del egipcio keme o "tierra negra", expresión con la que se designaba a Egipto 
y la cual probablemente fuese un símbolo 
de la prima materia de los alquimistas.
La base del pensamiento hermético reside en la correspondencia entre
 lo visible e invisible, la materia y el espíritu, los planetas y los metales,
 el hombre y el cosmos. 
El proceso de transmutación, sin ser el único fin del opus, es un aspecto indispensable del mismo, ya que constituye la realización 
de una experiencia a la vez real y espiritual. 
En el curso de su opus, el adeptus, aquel que ha obtenido la gracia, experimenta, su propia transformación.
El postulado principal de los alquimistas era la unidad del cosmos basado
 en la idea griega de los cuatro elementos.
 Esta unidad se encontraba expresada tanto en la cuaternidad del fuego (Sol), el agua (Luna), el aire (Viento) y la tierra como en el uróboros, 
símbolo del opus como proceso circular contenido en sí mismo.
Para el adepto la materia constituía un misterio.
 Lo que el alquimista experimentaba y atribuía a la prima materia
era en realidad su propio inconsciente.
 Es por esta razón que el alquimista creía en la verdad de la materia, 
al igualarla a su propia vida psíquica.
 El objeto era liberarla, ya que ella contenía una parte de la divinidad,
 del anima mundi, pero la cual se hallaba cautiva dentro de esa materia.
 Lo consigue cuando determina que el cuerpo en su oscuridad, al haber caído en el pecado, tenía que ser "preparado", a fin de extraer lo que ellos llamaban la quinta esencia, el caelum, o sea la parte divina e incorrupta
 del mundo.
Este concepto tenía su equivalente en el mito de Osiris,
 de acuerdo al cual el oro, o sea la incorruptible piedra, el lápiz de los filósofos, yacía enterrado en el plomo.
La alquimia fue actividad de sabios, de diletantes y de farsantes,
 por ello ha sido juzgada de diversas y opuestas maneras, a veces en forma superficial y con frecuencia tan sólo por la actividad de los impostores.
La base del proceso era el opus, el cual contaba con una parte práctica,
 la operatio, que consistía en la experimentación con los metales. 
No se puede seguir un orden estricto debido a la oscuridad de los textos.
 La razón de esta ambigüedad, residía en la naturaleza secreta de la obra 
y en el hecho de que para el místico el mayor interés consistía en el diseño de "una nomenclatura para la transformación psíquica que era lo que realmente les fascinaba".
La mejor manera de entender estos textos, es el examen de las imágenes pictóricas que nos han legado los alquimistas, ya que las mismas expresan de un modo "ingenioso y bello algo sobre lo que nunca escribieron"



Cuando el alquimista hablaba de la búsqueda del oro,
 habla del oro en el alma del hombre.
 Y llamó oro a lo que en el Nuevo Testamento es llamado el Reino 
de los Cielos, y en el Budismo, Nirvana.
Y cuando el astrólogo hablaba de constelaciones y planetas, 
él habla de las constelaciones y planetas en el alma del hombre, 
es decir, de las cualidades del alma humana y sus relaciones con el mundo. 
Y cuando el Kabalista habla del Nombre de Dios, él busca su nombre en el alma del hombre y en la Naturaleza, no en libros muertos, ni en textos bíblicos, como hacen los estudiosos de la Kabala.
 La Kabala, Alquimia, Astrología, Magia son sistemas simbólicos paralelos psicológicos y metafísicos.
 Cualquier sentencia alquímica puede
ser leída en un sentido Kabalístico u astrológico,
 pero el sentido siempre será psicológico o metafísico.
Representación de la relación entre Dios, el Hombre y el Universo,
 o la relación entre el mundo de 
las ideas, la consciencia del hombre y el mundo físico.
El triángulo es D's (la Trinidad) o el mundo de las ideas,
 o el mundo arquetípico.
El punto es el alma del hombre.
El cuadrado es el mundo visible, físico o fenoménico.
Potencialmente el punto es igual al cuadrado, lo que significa que todo el mundo visible está contenido en la consciencia del hombre, 
es creado en el alma del hombre. 
Y el alma en sí es un punto que no tiene dimensión en el mundo del espíritu, simbolizado por el triángulo.
En la Alquimia los cuatro elementos que constituyen el mundo son llamados: fuego, agua, aire y tierra; estos corresponden totalmente en significado que representan: el principio activo, el comienzo o la primera causa, movimiento, energía, el "Yo"; la segunda expresa el elemento pasivo, inercia, quietud,
 "el no Yo"; la tercera, el balance de los opuestos, "la forma", y la cuarta,
 el resultado o energía latente. 
El proceso del opus consta de cuatro fases que se caracterizan 
por cuatro colores.
La primera, que por lo general marcaba el comienzo de la obra, es la mencionada nigredo o melanosis. Esta etapa se caracteriza por el color negro y se identifica con el estado de caos de la prima materia, en términos psicológicos se equipara con el estado de depresión y confusión. 
Un paralelo sería el estado de melancolía, la "caída en un pozo", y como se puede apreciar en las palabras de Hermes en el Rosarium philosophorum:
 "La oscuridad o el anochecer es al mismo tiempo un estado
 psíquico llamado melancolía". 
Los animales que se identifican con esta etapa son el dragón o el sapo
 y el cuervo o ave negra.
La segunda etapa del proceso del opus es la leucosis, es decir,
 el emblanquecimiento o albedo. 
El color de esta fase es el blanco que representa la pureza, la luz no dividida correspondiente al proceso de blanqueamiento o ablutio, 
el lavado de la prima materia. 
Esta etapa para muchos alquimistas constituía la culminación del opus, 
ya que se consideraba que todos los componentes de la massa confussa,
 el caos de la prima materia en la fase de la nigredo se unían en la albedo. En términos junguianos sería la integración de los contrarios, del Animus versus Anima, o sea, el aspecto masculino o femenino que todos llevamos 
en nuestro ser.
 La integración de todos los colores en el blanco de la albedo era representada por la figura del cauda pavonis. 
El pavo real, simboliza el grado más alto de la integración "de las polaridades masculino-femenino del hermafrodita y del Rebis".
La tercera etapa es la rubedo simbolizada en el color rojo, color del sacrificio, de la sangre y del fuego.
 Es a través de las llamas del fuego que se manifiesta: la cuarta etapa.
La cuarta etapa en el color amarillo, el citrinitas, el deseado aurum, propiedad de la piedra filosofal.
 Es en términos junguianos el sí mismo, la unión de los opuestos en ese ser hermafrodita que los alquimistas representaban en la imagen del Rebis.
La supuesta materia básica con la que tenemos que empezar en toda esta obra es el mercurio. 
Hermes o Mercurio en griego 'Ερμης del cual deriva έρμηνεία (ermeneía)
 de donde deriva Hermeneútica, que significa -don de la palabra, habla, interpretación, explicación-; es decir lo básico por lo que tenemos que empezar es el interpretar los significados ocultos, que no es otra cosa 
que traducir, entender lo que vemos y usarlos de espejo, ser un intérprete 
de nosotros mismos. 

Fijémosno en la rica simbología que todo esto conlleva, 
es en sí una obra de conocimiento.