viernes, 1 de febrero de 2013

aquel Campeón...


En el instante en que logra impactar la trompada contra el mentón de su adversario,
el boxeador se siente ganador de la pelea.
 Ya puede imaginarse con el cinturón de campeón del Mundo colgado a la altura de sus caderas, frente a los rostros animados de miles de aficionados que lo vitorean.
 Por fin alcanzará la fama tan deseada, para cumplir con todas esas ilusiones que ocupan
 su cabeza. Por eso se emociona tanto ver el rostro contento de una mujer que lo observa 
con admiración desde la primera fila, justo detrás de su preocupado entrenador,
 que hace gestos para advertirle que se cubra, que por favor se concentre,
 que el rival tiene una derecha de cuidado. 
Pero la sugerencia llega a destiempo; él mismo acaba de sentir en su cabeza el golpe demoledor del guante diestro de su contrincante. 
Mientras el árbitro avanza con el conteo, la realidad se va imponiendo sobre los sueños,
 hasta ganar por knock-out.