viernes, 1 de febrero de 2013

Canónicos - I - II - III - IV.


I
Aquel tímido intercambio de miradas sobre sus cuerpos desnudos, fue incorporando abundantes besos, después caricias, hasta convertirse en una pasión desenfrenada que liberaban de manera casi salvaje, varias veces por día.
 Lograron así olvidarse de la manzana prohibida, 
que permaneció intacta en el Árbol del Conocimiento. 
Dicen que, de igual manera, Dios los expulsó del Paraíso. 
Pero ellos ni se dieron cuenta.

II
El diluvio comenzó antes de lo previsto.
 Como no hubo tiempo para cargar provisiones,
 Noé ordenó sacrificar a un animal por día. 
Comenzaron por los ejemplares de mayor tamaño, para satisfacer el hambre de muchos y generar lugares para esparcimiento. Así, con la muerte de los dinosaurios se salvaron las demás especies.

III
El milagro no fue suficiente. 
Con un simple movimiento de sus manos, multiplicaba los panes 
y los peces. Pero también la gente.

IV
–¡Él me golpeó primero, mamá! –argumentaba Caín.