martes, 26 de febrero de 2013

El bosque animado... Mar González


Martín se acuesta todos los días a las nueve y media.
 De lunes a viernes. En invierno y en verano. 
Y cada noche su padre se sienta al borde de la cama y le habla de la luna 
que ilumina tras la ventana.
 La llena para él de personajes de cuentos, inventa historias felices, comparte retos y sueños como dar la vuelta al mundo en moto antes de los cuarenta. O después.
 Eso es lo de menos. 
Solo Martín le entiende.
 El resto le recuerda que el niño tiene autismo, que no se haga ilusiones. 
No ven que eso es solo una parte de una historia por escribir y, como decía su abuelo,
 los árboles no deben impedirte ver el bosque.