jueves, 30 de enero de 2014

Aquel pijama mortuorio...


"Fue encontrado en su cama en un estado esquelético vestido con un pijama". 
Quería morir como vivió, inventando pájaros, proyectando aire sobre las últimas imágenes que recordaba de los mejores momentos evocados.

 Mientras inclinaba la memoria poco menos hasta volverla boca abajo para vaciar todo su contenido, sintió como los dedos de cuatro manos abrían las fotografías de las distintas generaciones de su familia. 

Allí encontró a la madre del abuelo atrapando monedas en el instante que ellos abandonaban su cuarto. 

Al abuelo sentado y golpeando su sueño dorado: profundizar la enseñanza musical que nunca pudo finalizar.

 Más allá encontró al niño sin padre viviendo con sus abuelos esperando la llegada de su madre dos veces al año. 

En la última parada discrecional, junto a la ventana frente al cosmos, su corazón comenzó a ralentizarse a la vez que encaminaba las últimas fuerzas hacia el sol.

 La fortaleza del suelo cedió durante el minuto que corrió delante de la tranquilidad de ataviarse con el pijama que compró para su viaje definitivo, respecto a la chocante consumación de aquella dulce noche.