Obviamente la pregunta es improbable porque ese caso no se da en la naturaleza, donde la gravedad y los movimientos de rotación trabajan para que las grandes masas planetarias adquieran la familiar
forma esférica que todos conocemos.
Pero aun así… suponiendo que fuera posible geológicamente que la Tierra fuera cúbica, ¿cómo sería la vida en ella?
La respuesta es apasionante.
La gravedad empujaría a los océanos y al aire hacia el centro de cada una de las 6 caras planas del planeta, formando una especie de burbuja (o lentilla)
en la que se concentrarían los elementos básicos para la vida.
La única tierra habitable sería la que rodease a los océanos circulares
situados bajo la cúpula de aire.
Dos de estas “lentillas” de agua permanecerían heladas, las correspondientes a las caras planas norte y sur (los polos).
Las seis caras estarían completamente aisladas entre si, por lo que incluso podrían tener atmósferas distintas.
Obviamente cada uno de los seis climas “carales” sería distinto y menos virulento que el “global” que conocemos en la Tierrra esférica,
por aquello del menor volumen de agua y aire.
Lo interesante es que buena parte del planeta estaría directamente expuesto al espacio exterior.
Así que en un mundo así (en el que por otro lado sería complicado que evolucionase vida) los hipotéticos científicos encargados de diseñar la carrera espacial lo tendrían chupado.
Seguro que el espectáculo de contemplar una burbuja de aire-agua desde las aristas (donde por cierto pesaríamos bastante menos)
sería de los de quitar el hipo.
¡Una lástima que un mundo así solo pueda existir en la imaginación!