
Claro que así es, cipote. Mi Dios creó al hombre según su imagen y a su semejanza.
Pero lo creó en un sábado, tronando de borrachera omnipotente y cuando su imagen tenía ya un criterio excesivo.
De ahí que nosotros mostremos lágrimas, vísceras para el odio e itinerarios distintos para la sed y el amor.
Lo cual anonada, cipote, anonada.