Son eras sobre eras, y tiempos tras tiempos,
y no hay más que andar por la circunferencia
de un círculo que tiene la verdad
en el punto en que está el centro.
Todo es mucho más misterioso de lo que se juzga,
y todo esto - Dios, el universo y yo - es apenas
un rincón misterioso de la verdad inalcanzable.
Todo este universo, y todos los otros universos,
con sus diversos creadores y sus diversos Satanes,
mas o menos perfectos o diestros,
son vacíos dentro del vacío, nadas que giran,
satélites, en la órbita inútil de ninguna cosa.