viernes, 25 de abril de 2008

am - pm


Hay episodios que parecen estar destinados a quedar en la memoria de uno por mucho tiempo, y hasta quizás para siempre. El motivo de lo expuesto obedece, en ocasiones, a su condición de llamativos: generan una ruptura tal con la cotidianeidad que resulta muy difícil no detenerse en ellos.

Traigo a colación una anécdota que he vivido hace ya algunos años, cuando caminando por Reyes Católicos hacia Entre Ríos, vi un enorme logo pegado en los vidrios del fast food del la YPF del shopping que decía…” am-pm“.

Todavía recuerdo aquel cartel pintado y escrito con color negro sobre el mal limpiado vidrio.

Fueron varias cuadras caminando por Entre Ríos hacia la parada del “charter” el Chavez a Vaqueros… el viejo colectivo.

Riéndome de estos salteños, que no había podido poner un nombre tan complejo de pronunciarlo… am-pm, y las risas y comentarios me acompañaron, tras varios intentos de acomodar la lengua para una pronunciación de tal ridículo nombre, para un lugar de comida.

Hasta…

Que me detuve y busqué las vidrieras del Colonial para mirarme y decirme… no podés ser tan P……O, así en mayúsculas….

am: antes meridiano y pm: pasado meridiano.

Y pedir disculpas a todos los salteños que fueron receptores de mis burlas y risas.

Hasta el día de hoy me río al pasar por un am…pm, y me recuerda lo tonto que uno puede ser.
Por no pensar dos veces las cosas.

(Claro falta la puntuación después de cada letra, pero en verdad no alcanza como excusa...)


Adolfocanals@educ.ar

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