
Desde mis primeros pasos por la vida me he encontrado con un camino que tiene muchas entradas, pero pocas salidas. Tal pareciera que algunos caminos están marcados con una flecha que dice “siga las reglas, es mejor no arriesgarse”. Algunos comodines como ven transcurrir el tiempo sin tener que lamentarse, siempre a la espera de que alguien decida por ellos y le digan que es lo mejor. ¿Mejor para ellos o para él?
Y así caminando por esos lugares, mi vida se ha ido presentando como un continúo juego de azar, le ha dado la oportunidad de jugar todas las partidas que he querido, pero por miedo solo ha apostado aquellas que le prometen seguir conservando la comodidad y que hacen feliz a los demás.
Hace poco se ha presentado un nuevo juego, las probabilidades de equivocación y perder eran muchas y todo augurio era “una partida perdida”, pero por primera vez quise arriesgar sin pedir opinión a los demás, tomé la decisión de seguir únicamente mis propios deseos y necesidades. Rompí las cadenas que me ataban hace muchos años y me sentí libre al tirar, cuándo terminó el juego pinte una sonrisa en mis labios sintiendo la satisfacción y dije; “he perdido cuándo apenas comenzaba, pero no ha sido en vano, por primera vez he experimentado una sensación diferente, no me siento culpable ni tengo que dar cuentas a los demás puedo verme a los ojos sin sentir pena. No siempre se elige la mejor opción, pero después de mucho tiempo hice lo qué YO quise”.
Adolfocanals@edu.ar
Y así caminando por esos lugares, mi vida se ha ido presentando como un continúo juego de azar, le ha dado la oportunidad de jugar todas las partidas que he querido, pero por miedo solo ha apostado aquellas que le prometen seguir conservando la comodidad y que hacen feliz a los demás.
Hace poco se ha presentado un nuevo juego, las probabilidades de equivocación y perder eran muchas y todo augurio era “una partida perdida”, pero por primera vez quise arriesgar sin pedir opinión a los demás, tomé la decisión de seguir únicamente mis propios deseos y necesidades. Rompí las cadenas que me ataban hace muchos años y me sentí libre al tirar, cuándo terminó el juego pinte una sonrisa en mis labios sintiendo la satisfacción y dije; “he perdido cuándo apenas comenzaba, pero no ha sido en vano, por primera vez he experimentado una sensación diferente, no me siento culpable ni tengo que dar cuentas a los demás puedo verme a los ojos sin sentir pena. No siempre se elige la mejor opción, pero después de mucho tiempo hice lo qué YO quise”.
Adolfocanals@edu.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario