viernes, 9 de mayo de 2008

Quizás...




(Graciela, bienvenida al blog)

Era la tarde mas fría de los últimos días y se estaba yendo impiadosa, dejándome sin sol.

Yo necesitaba caminar un rato, me fui buscando silencio entre unas calles húmedas y cuando me dí cuenta el camino me dejó frente a ella, que sola me invitó a sentar a su lado.

Creo que yo estaba buscando esa invitación sin saberlo, desde que pisé el primer adoquín..

Tenía el encanto de los años pegado en la piel, yo le conté un secreto y su mirada intensa me regaló el río que se incendiaba en el horizonte y sus manos se entrelazaron con las mías. De pronto descubrimos los dos que tal vez era la primera y la última vez que estaríamos allí asistiendo a ese momento único.

Casi nos dejamos invadir por una tristeza irremediable cuando pensamos en eso, entonces se me ocurrió la idea de dejar un rastro, por si alguna vez volvíamos a cruzarnos.

Una señal que permita reconocernos entre la inmensa cantidad de silencios y pasos tristes que tiene la ciudad y los incontables bancos solitarios que se ofrecen en los parques.

Entonces desnudó su pecho de madera y yo le dejé mi quizás tallado.

adolfocanals@educ.ar

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